Por salud materna se entiende la salud de las mujeres durante el embarazo, el parto y el puerperio.
Cada etapa debería ser una experiencia positiva que asegurara el pleno potencial de salud y bienestar de las mujeres y sus bebés.
Si bien en los dos últimos decenios se han realizado importantes progresos, en 2017 murieron unas 295 000 mujeres durante o después del embarazo y el parto. Ese número es inaceptablemente elevado.
Las causas directas más comunes de traumatismos y defunción son: pérdida excesiva de sangre, infección, alta tensión arterial, aborto peligroso y parto obstruido, así como causas indirectas, entre ellas la anemia, el paludismo y la cardiopatía coronaria.
La mayor parte de las defunciones maternas son prevenibles mediante la asistencia oportuna de un profesional sanitario capacitado en un entorno propicio.
La meta consistente en poner fin a la mortalidad materna prevenible debe seguir siendo la máxima prioridad de la agenda mundial. Al mismo tiempo, la mera supervivencia al embarazo y el parto no pueden ser nunca el indicador de éxito de la atención materna. Es crucial redoblar los esfuerzos orientados a reducir las lesiones y discapacidades maternas y promover la salud y el bienestar.
Cada embarazo y cada parto son únicos. Para asegurar que todas las mujeres puedan acceder a una atención de salud materna respetuosa y de alta calidad es fundamental superar las desigualdades que influyen en los resultados de salud, en particular en los concernientes a la salud sexual y reproductiva y los derechos conexos, así como a las cuestiones de género.
Cada año tienen lugar unos 140 millones de partos, y la proporción de ellos atendidos por personal sanitario capacitado ha aumentado del 58% en 1990 al 81% en 2019. Esto se debe principalmente al mayor número de partos en centros sanitarios.
Las defunciones por complicaciones durante el embarazo, el parto y el puerperio se redujeron un 38% en los dos últimos decenios; esta reducción media anual, apenas inferior al 3%, representa un ritmo de progreso demasiado lento.
Por otra parte, oculta enormes desigualdades en los países y entre ellos.
Más de la mitad de las defunciones maternas se producen en situaciones frágiles y humanitarias. El África subsahariana y Asia meridional soportan en su conjunto la mayor carga de mortalidad materna, que en 2017 supuso el 86% del total mundial.
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible ofrecen una oportunidad para que la comunidad internacional trabaje conjuntamente y acelere los progresos orientados a mejorar la salud materna de todas las mujeres, en todos los países y en todas las circunstancias.
Algunas de las metas de los ODS relativas a mortalidad materna son la 3.1, orientada a reducir la razón mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100 000 nacidos vivos, de aquí a 2030, y la 3.8, que aboga por lograr la cobertura sanitaria universal. Estas metas no se pueden alcanzar sin una cobertura universal de salud reproductiva, materna, neonatal e infantil.
El mejoramiento de la salud mental es una de las prioridades centrales de la OMS; se basa en un enfoque de derechos humanos y guarda relación con los esfuerzos dirigidos al logro de la cobertura sanitaria universal.
La OMS aboga por la planificación sanitaria que pone los valores y las preferencias de las mujeres en el centro de sus propios cuidados. La participación y el empoderamiento significativos de las mujeres, las familias, las comunidades y los prestadores de servicios son aspectos esenciales para las iniciativas orientadas a mejorar la calidad.
También es esencial la promoción de la salud durante todo el proceso de embarazo, parto y atención posnatal. Esto incluye la buena nutrición, la detección y prevención de enfermedades, el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva y el apoyo a las mujeres que sufren violencia de pareja.
A la OMS incumbe el seguimiento de los progresos hacia la consecución del objetivo consistente en reducir la mortalidad materna (meta 3.1 de los ODS). La OMS genera datos, investigaciones, directrices clínicas e instrumentos programáticos para contribuir al logro de las metas mundiales y apoyar estrategias basadas en pruebas científicas, con miras a poner fin a la mortalidad materna prevenible y mejorar la salud y el bienestar de las madres.
La OMS presta apoyo a los Estados Miembros en la ejecución de planes destinados a promover el acceso a servicios de salud de calidad para todos. Para ello son cruciales las alianzas sólidas, por ejemplo, la Red para Mejorar la Calidad de la Atención a la Salud de la Madre, el Recién Nacido y el Niño establecida por la OMS y el UNICEF.