¿Por qué prohibir los vapeadores en México? Permisividad vs prevención primaria

Columna: Conversaciones de salud pública

 

Cuando aparece una medida restrictiva respecto a un producto de consumo con una popularidad creciente, como es el caso de los cigarros electrónicos (también llamados vapeadores, vapes o vapos) es fácil encontrar voces en contra que denuncian a un estado paternalista, represor de libertades; en suma, prohibicionista. Sin embargo, la prohibición del cigarro electrónico o vapeador requiere una revisión más reflexiva.

Aclaración previa y básica: nadie necesita de la nicotina para la función vital y no hay beneficio real para sus consumidores.

Los vapeadores son dispositivos que aerosolizan un líquido, consistente en una base (propilenglicol y glicerina vegetal), saborizantes y una sustancia activa, generalmente nicotina. Este aerosol es inhalado por quien lo consume. La cantidad de nicotina contenida en un vapeador varía, pero puede tener hasta 60 mg/ml. Esto significa que uno de los más pequeños (con 2 ml de líquido) puede contener tanta nicotina como una cajetilla de cigarros o más.

El uso de vapeadores es nocivo:

  • La nicotina es una sustancia altamente adictiva, con efectos negativos en los sistemas cardiovascular y nervioso. Fomenta el crecimiento de tumores cancerígenos y disminuye la eficacia de los tratamientos contra el cáncer. En adolescentes produce cambios en la forma de funcionar del cerebro y puede afectar el control de impulsos y emociones.
  • La base usada en el líquido produce toxicidad en el hígado y al ser aerosolizada produce aldehídos, los cuales son tóxicos, irritantes o cancerígenos.
  • Los saborizantes, aunque permitidos para ser consumidos oralmente, no están pensados para su inhalación, y resultan también irritantes, tóxicos o cancerígenos.

Los efectos negativos a la salud del cigarro electrónico detectados hasta ahora son múltiples: enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma, cáncer, bronquiolitis constrictiva, toxicidad neuronal, alteraciones del sueño, afectaciones en el desarrollo neurológico, rigidez arterial, infarto al miocardio, accidente cardiovascular, insuficiencia renal, inflamación corneal, entre otros. Sin embargo, estos son efectos a corto y mediano plazo. Aún se desconocen los efectos que los cigarros electrónicos puedan tener a largo plazo.

Pese a ello, este tipo de producto se vende a consumidores adultos como una opción para dejar de fumar y para reducir el daño provocado por consumir nicotina.

Existe evidencia de investigaciones realizadas en Reino Unido que presentan al cigarro electrónico como una buena opción para dejar de fumar cigarro combustible. Sin embargo, estos estudios usan este producto como parte de un tratamiento que incluye psicoterapia y un seguimiento clínico. Es decir, con las precauciones propias de un medicamento. La realidad es que, en nuestro país, estos productos se venden como artículos de consumo, lo que hace que estos resultados no sean aplicables a nuestra situación.

La investigación realizada en México muestra poco éxito en el uso de vapeadores para dejar de fumar. En 2018 se encontró que quienes usan este tipo de dispositivos no solamente no dejan de fumar, sino que tampoco reducen el número de cigarros fumados por día. Otra investigación más reciente (2022) encontró que, en periodos de cuatro meses, la mayoría de quienes usaban vapeadores para dejar de fumar se convertían en usuarios duales; es decir, que fumaban y vapeaban. Sólo un grupo pequeño (2.3%) cambiaba al uso exclusivo del vapeador.

Por el contrario, los cigarros electrónicos son muy eficientes para reclutar nuevos consumidores de nicotina, especialmente entre la población adolescente. Los sabores dulces, las altas concentraciones de nicotina, la facilidad de esconderlos de las madres o padres y su accesibilidad hacen que estos productos sean especialmente atractivos para la población más joven. Datos de la Ensanut Continua 2023 muestran que 4.3% de los adolescentes mexicanos son usuarios de cigarros electrónicos. En 2021 esta misma encuesta reportó 1.8% de usuarios adolescentes.

Una vez enganchados en la adicción a la nicotina, la forma de administración es secundaria al consumo. Algunos datos internacionales muestran que aquellas personas adolescentes que empiezan a vapear tienen hasta 700% más probabilidad de empezar a fumar.

Es importante recordar que el consumo de nicotina es innecesario. Nadie necesita nicotina para vivir. El consumo de nicotina existe porque es un gran negocio. Toda la enfermedad, dolor y sufrimiento de las personas que viven con adicción a la nicotina existen solamente porque es una industria que deja ganancias millonarias para quienes trafican y lucran con la salud de los demás.

Ante esto, es necesario considerar que una de las obligaciones fundamentales del Estado es proteger a la población, especialmente a los sectores vulnerables, en este caso niñas, niños y adolescentes. La manera de protegerlos depende de los recursos, fortalezas y desafíos de cada situación específica. Así, cada país define cuál es la mejor forma de salvaguardar a su población, analizando sus fortalezas y retos. En este caso, el Estado mexicano definió que la mejor forma de cuidar a la población de los efectos negativos de estos productos es la prohibición. ¿Existen formas de regular sin prohibir? Sí. Sin embargo, no porque otro país utilice este recurso significa que sea adecuado para nuestra situación específica. Lo importante es lograr la mejor protección posible, y cuando se revise el desempeño de las políticas actuales, será necesario considerar tanto factores asociados como resultados, para poder definir si siguen siendo la mejor política o si es necesario ajustar o cambiar el enfoque.

Por ahora, es necesario esperar a la legislación secundaria, donde se dé forma a la prohibición, se asignen responsabilidades, y se ofrezcan alternativas de cesación reales para aquellas personas que están en búsqueda de formas de alejarse de un consumo nocivo, sin poner en riesgo a otras personas en el camino.

* Especialista en salud pública. Invitado por el Dr. Eduardo C. Lazcano Ponce.

 

FUENTE:

https://www.insp.mx/ultimas-noticias

 


Publicado originalmente en la Jornada Morelos, 16 de diciembre de 202

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